lava lágrimas en besos,
abraza suicidas y duerme a su lado;
entre la niebla y el sol de los días,
hay un calor que calma,
que te quiere y late contigo;
eres tú, respira.
Un sentir que no desgarra, que une;
un grito que descarga, que acoge;
puños, miradas, pasos, paradas,
abrazos largos y confianza,
sin esfuerzo en la batalla,
en un recorrido honesto
de libertad y compañía;
sin exigir de nadie nada,
con un mundo nuevo ya en el corazón.
"Haced correr la voz de que la libertad existe".
Han pasado los años, muchos años, y nada ha cambiado. La vida sigue, mama, la vida sigue.