y nada ocurre donde acaba un infinito,
no todos llegan;
y aquel espejo que dibujamos
nos refleja hoy con otros ojos;
y no vemos las manos,
ya no tienen tacto;
nos dimos la vuelta sin agarrarnos.
Las palabras cambiaron de nombre
y la magia de sitio;
lo eterno se trasladó a otro cuerpo
y quedó un afecto vacío
que se alargó en un silencio
que hoy se descubre desierto;
y las dunas son nubes
que se cierran con todos los poemas,
y también los dibujos.
Lo más bonito que jamás se dijo
se mueve ahora en otro universo.
A cada paso cerrado,
entre la magia y las manos,
se perdió un color de los labios;
y la lluvia dejó de hacer ruido;
y entre trazo y trazo,
se acercó un arcoíris plano;
los susurros de aquel año
se alzaron callados entre tus brazos
y el infinito dejó de andar descalzo.