petardos que alertan
y un cuaderno escondido;
las paredes son tan finas
que las palabras se escapan
y tiembla el suelo;
detrás de cada sonido,
se vacían las calles;
se cierran los instintos;
los alientos no explotan;
no se escucha la música;
se cierran los libros.
Hay un bucle que atrapa,
y es lo único que ahora está permitido.
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