A saltos con lagunas,
huyendo sin salir del agua;
y un anhelo en tierra firme
de raíces que no mueven el suelo,
con polen de primavera y abejas,
en un lugar a las afueras
de caminos que se encuentran a nado;
y nadie mira dos veces,
siempre falta arraigo,
no hay vacaciones,
ni días de fiesta propios,
se desconocen los juegos;
y nunca hay tiempo,
ni espacio,
no hay un solo momento quieto;
todo empuja al exilio.
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