Tan solo un momento

Las palabras no alcanzan;

y cada día

un ánimo se esconde arrinconado,

desaparece confundido

en tantas imágenes donde yo no existo,

en cada verso olvidada;

y muy adentro

resiste un aliento confiado,

una espera inquieta en susurros,

desnuda sin repuesta,

atrapada todo este tiempo

en una promesa de infinito,

agotada y triste en lo que de verdad ocurre;

el bosque ardió y no pasó nada,

era yo que soñaba.

Dilema

Dudo en trazos mágicos,
en azules de tela al anochecer,

en los puentes conmigo

y los sueños de adormidera;

allí donde el humo nos dibuja

y la vida se inventa

en una risa involuntaria,

en la casa y fuera;

dudo de cada momento contigo y sin ti.

Caricia

Despierta en baños de azotea,

se ve en cada estrella,

en cada espacio entre ellas;

y recorre el mundo en una sola noche,

sus ojos quietos,

las manos llenas;

y caen neones al asfalto,

se decora la vida,

los sueños levantan mareas,

abren cajitas sorpresa;

entre el cielo y la tierra,

se esconde a brazo partido

en besos volados desde un rincón,

allá donde vamos,

aquí donde estamos.

Olvido

Faltó un adiós a los ojos,
un gesto amable,

lo que hubo sin castigo,

un entierro;

quedó un luto sin permiso

partido en el silencio,

atrapado en red sin cariño,

desterrado;

y detrás de este tiempo,

hay una voz pequeña

que todavía lee cuentos,

y existe.

Del amor

Lo más grande se quedó en nada
al tocar el suelo,

las palabras secuestradas,

despojadas del amor a otro lado,

al camino en desierto;

y muy lejos,

donde otros vuelan en cupido,

no caben nuestros cementerios

ni la sombra que susurró la noche,

la vida se duplica sin esfuerzo

y lo único es cualquiera;

aquí nos quedamos solos,

y está bien.

Nada menos

Una estrella de margaritas en casa,
paredes de hoja

y suelos espejo que doblan la vida...

arriba, abajo, a los lados;

y florecen luciérnagas del techo

esquivando telarañas,

con alas quebradas en cortejo nocturno,

topando con las ventanas,

a ritmo opuesto;

y no hay otro sueño de madrugada,

sólo quedó esto.

De la vuelta atrás

Me detiene aquella mirada,
no suelto su caída;

vive escondida en palabras,

aparece en todos los sueños

y en cada rostro entre almohadas,

en dibujos de humo suspendida;

cuando se abre la mañana,

es solo un recuerdo,

un invento que dejó de existir,

que no se comparte;

y duele.

Atlanta

Hay un túnel con mi nombre
de trenes que no paran,

una estación fantasma

a dos segundos de distancia;

y aquel día se detuvo el tiempo,

al fondo se abrió una puerta

a nueve días del infinito;

entramos sin armas

y la velocidad nos arrastró

de vuelta a los relojes y a los días;

el tiempo acaba,

los rifles se atascan.

Es más ahora

No nos une el recuerdo,
ni los días pasados;

la memoria no alcanza a vernos

cuando las palabras saltan

y lo adornan todo;

hay algo dentro,

lo que quedó al conocernos,

lo que continúa sin esfuerzo

y se despliega ahora,

lo que aún nos mueve,

lo que ocurre,

lo que no está escrito.

En un instante de vida

Un baile de flores empedradas

en amarillo;

y se tocan unas con otras,

respiran alzándose erguidas,

levantan el día a su ritmo,

lo reparan en caricias desordenadas

de pétalos en risa;

si las miras de cerca, 

te enmiendan la plana

en un abrazo de olor a tierra,

en un suspiro.

Apariencias

Sin especial detención,
dilatado en exceso,

a horcajadas sobre el dolor,

con una mirada

que se fuerza amable,

que irrumpe sin freno

y siempre sonríe,

premia el oído, se oculta,

vive de cementerios ajenos,

es cínico, perverso;

lo llaman ego, y se decide.

Control

Cuando saltan los ojos
y el mundo despierta a quien duerme;

bajo las sábanas,

el cuerpo y su custodio embriagados,

sin rumbo vestidos de muerte

en una fantasía que duele,

que no se sostiene,

atrapados en sus leyes,

en sus derechos y libertades,

en una voluntad rendida;

sitiados.

De los días negros

Se abre el día armónico

apoyando los dedos en la cuerda,
resuena el verano

que toca soplando aquella canción;

y hay una pequeña caja alargada

que aspira la mañana de flautas en flor,

que libera el pensamiento

y explota en burbujas de colores,

en bombas al corazón;

y brillan los ojos,

se alargan los brazos,

se escapan sonrisas dando vueltas al sol,

estrechando las manos,

devolviendo fuera de orden y medida

un instante circulado,

un amor negro de puños en alto.

That's Entertainment

Pereza

Hay un zumbido que recuerda,
un motor en la cabeza

que aumenta el ruido de ahí fuera;

y caen persianas,

las mantas se cierran al cuerpo,

esconden el sol,

simulan una noche tranquila,

un rayo de luna en un rincón;

hay días que arrastran un latido

que ensordece el corazón.

Te echo de menos

Llegaste sacudiendo el suelo,

asaltándonos a cada movimiento,

lo corrías todo y más

como un siroco enloquecido,

saltabas de alegría,

sonreías,

dormías jugando,

no soltaste nunca tu apego;

y mirabas cada día de cada año,

cada segundo,

intensa y alerta,

despierta todo el tiempo;

y al encontrar la calma,

con tus canas y tus rarezas,

te fuiste como en una siesta,

recostada,

cerrando los ojos sin perder la mirada;

llevo tu impronta en mí, tu amor, Naia.

🐾

Encuentro

Lo que pensaron nunca pasó;
y los años de dimes y diretes,

de miedos y distancias,

de cada una con su dolor,

levantaron un abismo en la imaginación,

una ruina incomprensible

que escondía el amor de dos niñas

empujadas al mundo a su suerte;

y el negro y las palabras en vinilo

siempre estaban,

el viento frío y la lluvia

traían una y otra vez

aquella granja y aquella casa,

aquel momento único de dos almas gemelas

que no supieron reencontrarse

hasta que brindaron juntas la vida

y se lo contaron todo;

nadie pudo destruir ese amor,

lo malo nunca pasó.