Una lágrima se repite
durante dos días o tres,
años quizá,
y se deja tocar
o no
sin decidir si debe;
a veces se esconde
y puede,
explota callada y sin ojos
cerca,
otras grita en un descuido
y rompe a cualquiera que alcanza;
y no hay culpa a repartir,
no cuando el amor se queda,
late fuerte el corazón
y cambia su voz y ritmo
para siempre;
y yo lo sé, y tú también.
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