Me invade un relato
de cuentos sin soldadura,
acelerado y al azar,
escribiéndose en el aire
y sin papel;
se desahoga a mi pesar
y sin dejarse leer conmigo
ni sin mí,
enfurecido roba horas de sueño
e inicia solo su batalla final;
se monta en cada historia
y salta de siglo en siglo
sin argumentos ni sentido alguno,
cree recordar algo
y ya no registra ningún verbo;
como un trueno que desciende en otros,
imposible de ignorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario