Un abrazo sincero,
una voluntad inquebrantable, un beso.
Miradas, caricias y sexo.
Una huida hacia atrás, sin lágrimas, otro beso.
Un retorno, sexo.
Un adiós, sin miradas, ni caricias, ni besos.
Tú, una llamada con altavoz, sin respiración.
Yo, una obsesión baldía, sin semilla.
Y luego el miedo, la culpa.
Y al final, la vida.
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