domingo, 15 de marzo de 2020

Apocalipsis

Las calles van lentas.
Sal y escucha tus pasos, los de tu perro;
mira al señor de la bicicleta
que pedalea despacio
para escuchar el chirrido de los vientos;
pasea por una vez sin ruido, en silencio;
y mira a los pocos que deambulan como tú,
y que sonríen.
Todavía hay niños
golpeando la pelota contra el suelo.
Todavía hay gente sin casa
que se reúne en las plazas sin miedo.
No hay violencia, no hay conflicto,
solo quedan los sueños.
Por un momento,
a todos nos parece que somos buenos;
y lo somos.
Cuando el miedo se puede medir
en función del papel higiénico,
no temas, el Apocalipsis no es eso.
Respiremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario