Un olor muy concreto
me desgarra,
ese que respira fiesta
y devuelve muerte;
me he desplomado rota
con el gesto cambiado y cara abajo,
me he visto arrastrada
y llorado por dentro en los rincones
de una multitud cómplice,
entre alientos que se acercan rápido
al lugar donde estás,
allí,
callada en aquella lágrima seca
que revienta las mías
en cascada y sin consuelo.
Y aún huele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario