Ya no contemplo el camino,
no alcanzo;
el bache existe
en multitud de agujeros
inevitable,
atrapa el pie y lo detiene,
no hay relojes;
y a cada paso
le sigue un pensamiento
tras otro,
se repiten juntos
sin pausa y a la vez;
si yo en medio y nadie al lado,
continúo con anteojeras
y galopo sin rumbo,
desconocida
en lo que parece un sueño;
y jamás despierto, no del todo.
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