Veo una imagen
en el suelo
con los brazos atados
hacia arriba,
los pies torcidos;
y se repite
por todos lados desde abajo,
fija y herida
con la cabeza caída y sola
por el pavimento;
no hubo intención, dicen,
sólo un corte
que quedó quieto
y sin tiempo para acabar
de dibujarse con los años;
y así construyen lo inevitable
que jamás sucedió.