Una telaraña ilumina las esquinas
de las casas,
no tiene rostro ni tacto,
no respira y el aliento escapa de a poco
sin alcanzar la calle;
dibuja dragones bajo el colchón,
pesadillas en la almohada
y un sudor frío empapa el cuerpo,
tiembla desnudo;
y nadie llama a la puerta
ni abraza,
no hay miradas ni palmaditas
en el hombro,
se han acabado las palabras al oído
y el apretón de manos;
no quedan pactos de sangre
ni confidencias que nos sostengan.
Ya no.
Sigo leyendo hacia atrás...
ResponderEliminar..."nadie llama a la puerta
ni abraza
no hay miradas..."
Genial, Tali!!...
ji ❤️❤️❤️!
EliminarGenial!!...
ResponderEliminarSí... Genial!!...tu poesía no precisa psicoanálisis... Es hermosa sin más...🌞🌞
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