Cuando un sudor frío
asalta la noche,
no deja imágenes claras
ni sentido alguno;
a veces grita,
otras llora y calma,
en todas duerme
con un refugio necesario
y seco;
inevitable,
incomprensible,
desagradable y a oscuras,
atrapado el cuerpo sin cuerda
ni esposas;
despierta de un ensueño
angustioso
y jamás se revela,
un miedo repite lo que no conoces
ni puedes ver.
Tenaz.
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