y tropezaron con las miguitas de pan de los cuentos,
y eran de chocolate y redondas;
y se abrió entonces un claro en el cielo,
las órbitas disparaban besos,
las rodillas eran un lazo mágico
y la noche detuvo su estrella;
esa estrella es la que ahora se ve
desde tu casa, y desde la mía.
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