Cuando algo se mueve
y nada se derrumba,
la brisa aprieta el pecho,
los sentidos,
las palmas de pies y manos
se estrechan;
cuando corre el aire
y falta luz en las esquinas,
brillo en los ojos
y una nube que llueva,
todas las puertas se cierran
de un portazo;
y doscientas palabras se escriben
aquí a tu lado y conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario