Los colores se esconden para no vernos,
a espaldas de todo lo que ocurrió;
y enciendo una vela de tu iglesia
en una repisa al mundo,
en un silencio que parpadea al cielo,
en un luto de ensueño,
sin misterio, sin historia,
en soledad;
me faltó un abrazo donde acabar,
para poder leerlo,
para seguir sonriendo
cuando dejaste de ser tú.
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