Tengo el ánimo contenido
en una palabra,
detenidos cuerpo y voz,
la mirada quieta
y los pies en el suelo
otra vez;
he dejado el mechero,
el tejado y el rifle,
las hordas de la fantasía,
los gritos y cánticos;
el llanto anda perdido,
también la alegría,
la confusión y la calma
ocultas;
hoy nada se mueve por dentro.
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