En la curva hacia el extremo,
un bache pausa
su anhelo a desbordarse
y observa alejado
cómo se deshace sin permiso;
recuerdo el sitio
en un sentir casi en trance
de palabras a discreción y sin freno,
otras callado
en el dolor de la fantasía,
su vacío perdido y solo
sin mediación posible y sin mí;
en ese ser demasiado
y en destierro,
hoy sólo veo obstáculos,
no tristeza
ni delirios fantásticos;
y a veces, me echo de menos.