lunes, 24 de febrero de 2025

Ataúdes

En nuestros nichos no se ve la lápida
desde el suelo;

no hay luz entre los muros,
sólo sus gritos,
el llanto,
la ruptura,
todo enterrado junto y dentro;

y cuando nos queda ya tan poco,
quizá un deseo o la misma fantasía,
los muertos no lloran ya a sus muertos.

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